viernes, 30 de noviembre de 2007

SER UN PAR UNIDOS


Y dicen y replican los entendidos
que cuando se está cerca
de alguien a quien se ama
el corazón es ciego, mudo
y tiene las orejas cortadas.


Esta asonancia bien letrada
me convence hasta cierto punto.
Me explico: me debo
una parte de mi a mi par
y, sin embargo, siempre busco ese par.


Una vanidad pasajera
y en compañía que tenga
la decisión de hacerme creer más libre
y más humano.


Entiendo por humano
la simiente de personas anegadas
en gotas de rocío.
Los ojos burlones
y tiznados del calor de la mina.
Sinceros, recogidos, afables,
a horcajadas de nuestra mente.


Unas veces agrupados
en nuestro cuerpo desnudo
y ,otras, valerosos mástiles
de espadas capaces
de matar otras miradas.


¿Y qué decir cuando se acercan a otros ojos?
En el balls de luciérnagas
se descorre el amor y los temores.
Las partes por el todo acarrean
el enjugo de las humedades
y la herrumbre de las oscuras
y orgullosas almas.


Y detrás de todo, ¿qué queda?
¿qué matriz o cuota de persona permanece
y no envilece?
¡El cuerpo vacío, los miembros sin membranar!
Los vocablos libres
y disolutos sin boca ni sílabas.
Las alforjas sin cuero de castañas:
nosotros mismos, amigo.
Nosotros sin ser un par unidos.

martes, 27 de noviembre de 2007

TE MUERES


"Hoy las nubes me trajeron,
volando, el mapa de España.
¡Qué pequeño sobre el río,
y qué grande sobre el pasto
la sombra que proyectaba!

Se le llenó de caballos
la sombra que proyectaba.
Yo, a caballo, por su sombra
busqué mi pueblo y mi casa"



RAFAEL ALBERTI


Os dejo mi poema: ROMÂN IN LUME

Te vas a morir
en una cama inhóspita
y sin despertar
del temperamental sueño
que te aturde y ata.


Nadie va acudir
a tu encuentro
cuando seas polvo de hombre
como nadie recordará tu muerte
cuando seas, acaso, el recio empeñón
de la brava España.
¡Y tú no despiertas,
nunca despiertas!


Es extraño pensar
en qué endemoniado país
viniste a tomarte
y a crecer sobre tus raudas raíces.


En qué tierra,
sin siembra ni cosecha,
diste a agrietar y remorder
tus manos de bellotas.


En momentos en los que
se agitan los aguijoneados violines
y tuercen su gesto
los bisturís sin mangos
uno se aturde con las rémoras estancadas
y resueltas en relámpagos.


¿De qué sirve repensarte
y volver a reescribirnos
sobre nuestros senos?
¿Bajo qué aposentos te velarán
cuando no seas cuerpo de nadie?


¿Qué huellas, que rastros,
qué quizases amargarán
los vuelos rasos?
¡Y tú no despiertas,
nunca despiertas!


Ya acude a ti
el desdentado baile de heridas
con la insonsable risa
de quirófanos malnacidos.


Piensa en tu último hijo,
acaso en el único que tuviste
en memoria presente
y en su terrible futuro.
¡Y tú no despiertas,
nunca despiertas!


Te mueres, te mueres
y se van las edades contigo.
Te llevas en tu altanero andamiaje
las carolinas sonrisas de esparto.


La cesta bien repleta
para que no te falte de nada.
¡Y tú no despiertas,
nunca despiertas!
¡Maldita sean los encuentros
de hombres
que te vieron sobrenacer
y malvivir!.


¿En qué establos
y en qué momento
tropezaron los ruedos
con tus costados?


¿Qué potro y qué jarcha
narran los toros
cuando tus sangres aprietan
el albero contra tu albarizo destino?
¡Y tú no despiertas,
nunca despiertas!

lunes, 26 de noviembre de 2007

Soy otro Emmet Ray


En demasiadas ocasiones me siento como Emmet Ray. Un tipo algo duro, al menos en apariencia. Alcoholizado, solitario, solo comprensible por si mismo. Pero tiernamente real y descorazonado de toda supercialidad. Emmet Ray es un genio del jazz, un guitarrista magistral, sólo superado por el hombre que le obsesiona: el legendario Django Reinhardt. ¿Todavía no conocen la historia?

Woody Allen le dio vida. Es su padre. Su progenitor más absoluto de nuestras historias contadas a través de este totem. ¿Recuerdan? Pero padres tenemos muchos que narran nuestros reflejos y los hacemos nuestros cada vez que mordemos nuestro silencio y nos acogemos a nuestra soledad.

Sin embargo, en cuanto baja del escenario Emmet se convierte en un tipo arrogante, zafio y mujeriego que bebe demasiado y que disfruta disparando a las ratas. Por no decir las trasnochadas madrugadas en las que se tienden en la ribera de las vías del tren para que sus ojos sean sus únicos y testigos pasajeros. Sus ojos contemplando aquellas moles de acero y hierro son los únicos capaces de mejorar su vida presente y, en suma (y por definición), su vida corre plegada a estos raíles perennes.

Él sabe que es un músico de jazz con talento, pero también que su licenciosa vida de jugador y bebedor, su tendencia a meterse en problemas y su incapacidad para comprometerse le impide alcanzar la cima profesional y sentimental. Un día Emmet conoce a Hattie, una chica muda con la que comienza una relación demasiado seria para su gusto. Esto será un punto de inflexión. Su punto de encierro y final.

Creo que todos guardamos un Emmet dentro de nosotros. ¡Qué demonios! ¿Si no entonces por qué se graban las películas? ¿Deben contarnos algo o ser nuestro reflejo luminado? ¿Qué somos? ¿Qué son?...En fin, versos de palabras, solo versos...


Quizá invierta en mi
una cinta de regazos.
O me acote
y me reconvierta
en un anunciador de siglos
para que sigas conmigo.

Para ello he de agitar
mis pómulos anaranjados
y no ruborizarme
por deberme tanta parte de mi.

En mi, en mi
y conmigo sobre mis pasos
de aguacero que no caen
ni manchan de agazapados
sirvientes naturales.

Cuando vuelva al volver
y no lleguen nunca
bajo nuestras barbillas
las saetas de romance bajo
entonces tocaré tres planetas
y romperé los cascarones de cielo.

Me recogeré sobre mis hombros
y escribiré algunos versos
en mi Hispano Olivetti.
Tomaré un rumor de pasos otra vez
y una taza de café.
Solo, por favor.

Callaré hasta que el silencio
tensé sus estambres ajados de amuletos.
Perderé una estrella
y mil constelaciones por descubrir
y ser nombradas
si hace falta
y piden mi cuerpo otoñal
aquejado de otras manos.

lunes, 19 de noviembre de 2007

BALADA DE LA LIRA


"Sí, tu niñez: ya fabula de fuentes".

JORGUE GUILLÉN


"Quiero llorar porque me da la gana,
como lloran los niños del último banco,
porque yo no soy un hombre, ni un poeta, ni una hoja,
pero sí un pulso herido que ronda las cosas del otro lado.

Para ver que todo se ha ido,
para ver los huecos y vestidos,
¡dame tu guante de luna,
tu otro guante de hierba,
amor mío!"

FEDERICO GARCÍA LORCA



Os dejo mi poema en un pequeño homenaje a estos dos grandes:


Hoy quería irme
con la balada bovina de las rosas
cuando sueñan
y abren sus capullos.


Hoy quería llorar con el frenesí
y el ímpetu de la voz
que antes fue tuya, carnero.


Pero desperté con Carmen
en un patio de Triana
y Sevilla fue nuestra
y se puso al pie
de los belfos de nuestro caballo.


Carmen se llevó el filo
de amianto de la luna,
su brillo y el inquebrantable
honor de platera judía.


Quería, quería...
y salpicaba costados
porque mi voz fuese mía,
y no lo era.


Los juncos, las astillas,
la pleamar de la sonrosada y altanera mar
llegaron hasta mi cabaña de cobijo
de huesos de paja
y al quicio de mi baranda.


Se asomó la ronca voz
de la lira sin muñones.
Con su sonrisa de astro gramínea,
Me arrancó la mía
y me dejó con todas las palabras
sin vocablos que dijeran
-"Amor, estoy aquí, llorando".


Me limitó entre oreja y oreja
y me estrechó en su pecho
de anemonas
para no devolverme más mi boca.


Boca que es mia y me consuela,
ya no es mi boca.
Boca sellada, de esparto
y desconsuelo.
Boca que estalla
de riachuelo
y que rebaja centellas.
Boca de un labio
y de grieta griega.
Boca que no va a mi boca,
hosca horca de sílabas,
ni silabea.....


BAILAME EL AGUA


Ha pasado mucho tiempo pero quiero liberarme de lo que me apresa y me retiene. No conozco justo momento ni duda más razonable que liberarla a vuela pluma mientras me arranco a girones la piel y los sentimientos escamados que cambian de color cada noche cuando sueño.

Quiero brindar, a través de estas líneas, y desde esta humilde tribuna libre, lo que me atañe pero también aquellos grilletes dorados que me hacen tanto más grande o más pequeño según quieran ellos y me miran de frente.

Quiero decir con esto que no voy a negar la existencia de textos tan brillantes y vivificantes como el poema que aparece recogido en la novela de Daniel Valdés "BAILAME EL AGUA", quien la escribió cuando apenas contaba con veintiún años de edad.

Posteriormente, Josecho San Mateo decidió que esta historia no podía quedarse en los baúles de nuestras, precisamente, historias trasnochadas y olvidadas. Para ello contó con el reparto de actores poco conocidos pero que ya apuntaban maneras en el arte de interpretar como Unax Ugalde o Pilar López de Ayala.

Es un secreto a voces de todo lo que llegó a significar este poema y de lo poco cauto que fui cuando dejé que mi yo dentro volara hacia otra persona. En cualquier caso, el poema y la narración son preciosos y no podía dejarlos pasar por nada del mundo.

"Al rato me levanté de la cama. Me asomé por el ventanuco de la habitación, qe daba a un peqeño y gris patio interior. Palomas reposaban en las cuerdas de ropa tendida y húmeda.Ojalá la ventana diera a la calle. Ojalá fuera una terraza repleta de tiestos con geranios y claveles y cactus y enredaderas. Saldría cada día con un pañuelo a despedir a María y a rogarle una vez más qe no se fuera. El Sol me sonreiría y las palomas, en vez de mecerse en finas hamacas de trapos chorreantes, vendrían a comer las migas de pan qe guardaría en el pañuelo, el mismo pañuelo qe ahora guardo bajo la cama porque no tengo terraza, no tengo calle, no tengo Sol, no tengo a María, no tengo migas de pan, no tengo nada…".

(Daniel Valdés)


Báilame el agua
Úntame de amor
y otras fragancias de tu jardín secreto
Sácame de quicio,
hazme sufrir...
Ponme a secar como un trapo mojado.
Lléname de vida
líbrame de mi estigma
Llámame tonto.
Olvida todo lo que haya podido
decirte hasta ahora.
No me arrastres
No me asustes
Vete lejos...
Pero no sueltes mi mano
Empecemos de nuevo.
Toca mis ojos
Nota la textura del calor
¿Por cuánto te vendes?
Píllate los dedos
Y deja que te invite a un café.
Caliente claro
Y sin azucar...
Sin aliento


(Daniel Valdés)

domingo, 18 de noviembre de 2007

UN DÍA CUALQUIERA


"Nadie de entre nosotros tiene el monopolio de la pureza de intenciones. Puedo combatir, en nombre de mi camino, el camino que otro ha elegido; puedo criticar los pasos de su razón- los pasos de la razón son inciertos-. Pero debo respetar a ese hombre, en el plano del Espíritu, si pena hacia la misma estrella.¡Respeto por el hombre! ¡Respeto por el hombre!...Si el respeto del hombre está fundado en el corazón de los hombres -siguiendo el camino inverso- terminarán por fundar el sistema social, político o económico que consagrará tal respeto. Una civilización se funda ante todo en la sustancia; primeramente es, en el hombre, el ciego deseo de un cierto calor. Luego, el hombre, de error en error, encuentra el camino que lleva al fuego. "

(CARTA A UN REHÉN, DE ANTOINE DE SAINT-EXUPÉRY)

Os dejo con el poema que he escrito a raíz de esta pequeña reflexión de este ex correponsal y aviador:

Uno dice: ¡voy a caminar
entre este pecho de raíles subterráneo!
¡A no descansar en mis horas
en más hombros lucidos
y acogedores!

Y siempre se vuelve al error
del cuerpo escombrado,
a los vagones de mirada cansada
y roidos por la senectud pasajera.

Uno nace parido por la tristeza,
como una bocanada
en un estuario de cobre
que moja los pies de barro de los árboles.

Uno yace en un relente de intemporarlidad,
rezagado y de rodillas,
en las elevaciones de lo alto,
entre los campanarios sin badajos
que claman al cielo
por otro día cualquiera.

¡Y qué si uno persigue una cosecha
de mirlos y de toros sin cornamenta
bajo una madrugada que madruga!

Será por otro día cualquiera...

IV AMOR Y HUMO


Hay un poema que me sobrecoge de manera especial cada vez que releo viejos textos. En concreto, se trata del cuarto poema del pequeño poemario titulado "La noche oscura del pájaro solitario", que se incluye a su vez en el libro "Testamento del pájaro solitario", publicado por José Luis Martín Descalzo.


Este toledano de nacimiento fue galardonado con el Premio Nadal por la obra "La frontera de Dios" y ha publicado más de cuarenta libros de temática diversa, que van desde la novela hasta el teatro.


Sin más, y para los pocos que os acerquéis a mis palabras y a las de este maestro de la escritura, os dejo con este magnífico poema.


"Un corazón solitario no es un corazón" (Antonio Machado)


¿Y qué es, entonces, el corazón mío:
una fruta que alguien puso, podrida,
dentro de mí? ¿Una piedra dormida?
¿Una hoguera congelada de frío?


¿Un llanto almacenado? ¿Un sombrío
galopar de caballos? ¿Una herida
hacia dentro del alma? ¿Una guarida
de miedos, soledad y desvarío?


Estar solo es morir. Lo sé. Lo entiendo,
pues yo soy un experto en soledades
y en soledad mi corazón consumo.
Yo nací solo. Yo nací sabiendo
que cruzaría todas mis edades
sembrando amor y cosechando humo.

sábado, 17 de noviembre de 2007

HOMENAJE A LA DUDA


¿Adónde van a parar los besos
que creíamos nuestros
y se escapan de nuestros labios para siempre?

¿Dónde habitarán las miradas
que eran nuestro refugio
cuando nos sentíamos desnudos en este mundo?

¿En que estancia se posarán las caricias
que nos hacían libres
y nos devolvían a la patria
de la niñez más límpida y reconfortante?

¿Dónde pedirá asilo nuestro alma
cuando se haya calmado
nuestro impulso cegador
de seguir a su media mitad huidiza?

Y, lo que es más importante, compañera
¿Cómo vamos a volver a recobrar la vida
de estas manos, estos brazos y piernas, y torso,
vacío y carente de lumbre?


CÓMO NOMBRAR LA NADA


Sé que te gustan los cuentos
en los que existen las rosas apagadas.
Donde su fuero habita
y membrana riberas hasta su conjuntos.

Voy a dejar que me circunde
el estrecho de este silencio
que me desposeé de ti
y me otorga apellido de vino maduro.

Voy hacia el encuentro de una partida
en la que tu partiste ya
y no me enteré, empero,
por la guadaña en mi vientre.

Por eso quiero que atiendas
y te desintuyas de tus sentidos.
Que ardan los campos rosados
y se astille esta vida plenaria.

Aguarda mis mieses palabras,
pero no las tomes en serio.
Son, acaso, niña, el corredor
de mi locura por un amor no cotejado
y servido entre huertos e higueras.
Perdón, poeta.

Hoy, en que la noche levanta
su velo de oscura cara oscura
naci fraguado solo,
en la soledad,
con los ojos cosidos
con las cuerdas de un piano.

Tú diras:- ¡campo de avellanas
que llegáis tarde a mi encuentro!
¡He cerrado mis senos y mis cicatrices venosas!
¡Ya no os temo!

Yo si te temo, y te ausculto
tus ojos malvarrosas,
y te siento velada,
encaramada al patio de la morería,
esperando,
con el puñal violento y asesino
que me arranque de este fragua de sueños
y de mi camino.