domingo, 25 de octubre de 2009

Él


Las manos, siempre
Las eternas manos abrochando
Los botones de tu abrigo,
Escogiendo cuidadosamente
El momento para suspirar
Y volver a coger fuerzas
Ante la tila hirviendo.
Tomando la risa confidente
y pronta,
Prendiendo el periódico arrugado.
La sobremesa,
Tu pequeña cuartilla,
Tu bolígrafo usado,
Tus pasos comerse otros pasos,
Las calles a punto de gritar ¡basta!
Tus grandes gafas redondas,
El París de tu infancia,
El pueblo castellano donde tu madre se crió,
La hoja caída sobre el borde del plato manchándose.
Las migajas, de qué…,
Qué pregunta,
Ahora eres “fue”,
Ya no “tú”,
Ya no serás “usted”.


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