domingo, 22 de noviembre de 2009

Quemadura


Hay que hablar,
hay que hablar de punta a punta,
conservando la inmoralidad de unas horas
que ha encanecido las almas,
las buenas añadas
de las aproximaciones
de sexos que incluso no se conocían
pero se vertebraban
esperando escapar
una vez que la sangre saliera a borbotones
de las arterias
y el tiempo de la huída fuese un retorno
y una maldita queja
en los meñiques de los que quieren escribir.

Se ha arrebatado el espíritu más noble a las palabras,
Las putas han jodido con putas
Y en nombre de la santa razón y de las togas de despacho
Se han llevando a las mentes más vírgenes antes de
Empezar a quebrar su vida
A los callejones vaporosos y puteros,
Mostrándoles el incesto y las manos,
Pugnando por ser especial
En un décima del universo
Que no ha aprendido su lección de ser.
Posiblemente por esto y aquello
Somos los hijos, los hermanos
de una gloriosa civilización violada.

Las mujeres de la calle han asumido sus errores.
Pero el traspiés no está en las calles.
Se han hablado de ‘cometer’ verdades
Como si las personas
Se parapetaran tras sacos de harina
Donde la luna cabe en un molar mellado
Del que brotan nuevos dientes
Cada mañana.

La condena ha tardado siglos y siglos de papeles.
Y, más aún, tardará.
Y siempre será la misma.
El mismo tono,
Los mismos acentos,
La letra compuesta,
Los chicos que salen de la facultad
Enamorados de su primera novia
Dispuestos a hacerse un mundo
En una agarrotada dentellada
Y a apartar al otro mundo.

En momentos como éste
No puedo evitar hablar solo,
Porque quién lo hace,
Decía el poeta,
Hablará un día con un tal Dios,
Que a estas alturas
Debe de ser un señor acorbatado
Mirándonos,
Sin alzar la voz
Que quiere que nos preguntemos
“muchacho, por qué no has pensado
Qué caducidad tiene la fidelidad de la infidelidad”.
Y solamente así, creo,
Descubriremos parte de hasta dónde llega
La noble calavera de nuestra alma demoniaca
y nos tomaremos la última dulce copa
con esmoquin
como nunca antes lo habíamos hecho.



2 comentarios:

azul posible dijo...

Si te contara el cansancio que me cargo... pero de pronto me tropiezo con una V (de verso), y aquí acabo de espetar un poco de mi desgaste, que tal vez a veces pueda ser tuyo, pueda ser el de muchos.
Y todavía insisto (soy porfiada, te cuento), en que de verdad en algún lado tiene que existir un Dios sin corbata y almidón, un Dios no-hecho a imagen y semejanza de los hombres.
Joer! pero me voy a desparramar un rato por acá Javi. Luego, si puedes, échate al mar las cenizas (planeo incinerar ahora más de un desahucio...)
Un beso enorme.
Chandra, por un rato.

Miguel A. Ortega Lucas dijo...

Qué Hijo de Puta eres. Qué Hijo de la Grandísima Puta

De rodillas, ciervo, cabronazo