viernes, 3 de abril de 2009

OÍR, VER y CALLAR



Hoy es uno de esos días

En que tienes que rezar:

OÍR, VER y CALLAR.

Oye el rumor de la gente hablando

Y los mecheros que cliquean

Al encender cigarrillos

Que se llevan a la boca compulsivamente.

Ve, observa sus gestos,

Sus vestimentas y entenderás

Que aunque sus ropas

No se distancian mucho de ti

Estás sólo rodeado de tanta gente.

Y calla, sobre todo calla

Todo lo que tienes que decir

A aquellas personas a las que sabes

De antemano que no les interesan

Tus labios.

Pero, por encima de todo,

Aprende a escuchar, a mirar y a silenciarte

Cuando una bonita tarde de luz

Caiga en tus manos.

Entonces, siéntate en un banco,

Fíjate en aquél o en el otro vestido

De una mujer trajeada,

En las corbatas de colores o de rallas

De los directivos, que no son más que peces

De ciudad,

Y fúmate un buen cigarro

Dejando escapar el humo haciendo cabriolas en el aire.

No hables con nadie

Y solamente entonces comprenderás

Lo bueno que es tapar tus sentidos

Y abandonarte un tiempo a tu yo

Y recobrar una cierta cordura

en una ruidosa tarde de domingo.


No hay comentarios: