domingo, 29 de marzo de 2009

Poema para los locos que todavía creen en la esperanza


Supongamos que haya un límite para mi,
que no tenga nada que decirte.
O más bien que tenga el alma rota
y no sepa separar los labios
para mirar los tuyos.

Supongamos que un día te haces mayor
y seas las mujer vieja más joven del mundo.
Supongamos que yo siempre, con el tiempo,
visite las mismas tabernas con la edad,
cuando vaya cumpliendo décadas
hasta que haya una última que me asalte
como el filo de una gran navaja en un callejón
y no pueda decirte hasta entonces nada
por una gran cobardía.

Supongamos que un día vuelvo a ser el de siempre
y tú me aceptas una copa.
Hablamos de cientos de cosas,
ninguna de ellas que a simple vista para los demás
merezca la pena
pero con ello podemos brindar
y enterrar los funerales de dos corazones solitarios.
Supongamos que somos así
que volvemos a ser jóvenes
y a caminar por un empedrado de calles
por las que solíamos hacerlo
tras escucharnos y olvidarnos.

Supongamos que un día
vuelvo a ablandarme,
que puedo escoger otra vez mi derrota
y mis ritos.
Supón que vuelvo a tenderme en el suelo
y te pido que te vengas a ver el mar
sin haber separado los labios,
que vuelvo a hacer sonar una guitarra
que nunca supe tocar.
Y supón que volvemos a escuchar música
salida de los bares en pleno Madrid
cuando el fondo de los barrios
y de los portales
recobran su tristeza,
la policía vuelve a cargar sobre nosotros
cuando yo me derrumbaba con el alma rota
y tu solamente me mirabas
con unos ojos llorosos como grandes láminas de hierro
donde ya no vuelve a crecer el odio.
Y se cae tu rostro sobre
hojas secas,
la gente se da una oportunidad,
tu saltas creyendo que estas en un rascacielos
y lo único que me dices otra vez es
dame tu mano.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ágil construcción y versos muy certeros.

Anónimo dijo...

hojas secas,
la gente se da una oportunidad,
tu saltas creyendo que estas en un rascacielos
y lo único que me dices otra vez es
dame tu mano.


Javier....sencillamente genial, un abrazo, Tori.

Anónimo dijo...

Sencillamente genial! si tan solo mirara la vida como tu la miras!pero al final ya sabes todos la miramos de manera muy diferente!