miércoles, 17 de septiembre de 2008

Encajar en una cuartilla


Esta vez será definitivo:
Todo estaba hecho para perder la salud en las aceras,
En los bares y en todas aquellas ratoneras
Donde no nos perdonarán un traspiés,
Ni tan siquiera un tímido “lo siento”.

Todo está preparado para que arrugue el papel de escritorio,
Para que vuelva a escribir a la luz de una vela casi consumida
Por su soledad. Una playa desnuda que entrará por la ventana que
Yo tendré abierta. Para que entren con ella todos los recuerdos.
Los marineros, los barcos en tierra, los cafés del paseo,
La subida de la marea y esos sueños imposibles:
Veo tus pasos marcados todavía sobre la piedra de arrecife.

Y ahora tendré que salir a buscarme o inventarte
Entre los borrones de tinta que dejé sin limpiar.
Fumo en la ventana. Pasa la gente con sus pensamientos
Rondando sus cabezas soñadoras.

La mesa espera un cuerpo caliente que la cuide,
Un teclado por desempolvar,
Un vaso por romper contra un pared en un arrebato,
Tal vez una botella de guisqui por beber de un trago.

Todo queda por nombrar y por que me lleves del brazo: vamos.
Y todo queda al otro lado del puente en que ya no pasea la gente.
Los bares están cerrados para la gente normal.
Bueno no para la gente en si: para todos aquellos que no arañan su piel
De hojalata y viven en el sueño de un rey. Sueñan con sus planes.
Han pasado ya algunos años desde entonces pero
Yo y todos mis planetas cabemos en esta cuartilla que te regalo.
¿La quieres?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece un poema muy logrado, muy fiel en su conjunto. Detrás de él hay que imaginar a un buenísimo poeta.
Por que no sean todo alabanzas, quizás precisaría revisar alguna asonancia y alguna repetición innecesaria.

Un abrazo.

Vicente Martín

Dirección y Asesoría de Poesía Pura

Anónimo dijo...

me gusta exactamente cómo usted recibirá su nivel a lo largo