martes, 11 de noviembre de 2008

Retrato II


Corre el minutero y te quedas perplejo, parado,
sin atender lo
Que se fija en ti y te atraviesa.
Siempre puesto a remojar,
Y mojar…
Y mojar…
Y mojar…

Nunca a secar...
Mezclado con una plebe de ideas bastardas…Y sinceras…
Ido a perderse entre algo…Educado en el incierto…
Opinar como ellos, salir, zafarse de los demás
Y verse entre un marasmo social.
Anulado por momentos, arrollando en otros.
Te miras en el espejo, agradeces algo…
Te santiguas tal vez
Te desvistes,
Te quitas
La ropa,
Quitas la anilla…Te bebes una buena cerveza…
Haces pasar por el aro a los extranjeros de tus palabras.

Eres tuyo, cada vez más tuyo, más pegado a ese cuerpo
Del que hablábamos. Enciendes la luz…
Y lejos de ti
ya se haya la gente
tropezando entre codos
y empujando con la mirada.
Miras por la ventana
Y dejas un papel arrugado
Con todo lo que has escrito.
Apagas la luz
Y ya el cielo no te parece tan asesino contigo.
Ya no quiere matarte,
Tan sólo ofrecerte un pañuelo de pequeñas cerillas
Con sus cabecillas diminutas en un firmamento
Cada vez más negro.
Necesitas tomarte unos días. Es agotador.
Publica estas letras,
Sé que soy un genio encubierto
Que nunca será un genio.

No intentes comprender más de lo que ya entiendes.
Un hombre debe ser lo que sueña. Digo.
Y por eso sea cierto que polvo eres y polvo serás.
Entonces también puedas asumir que de parte
De la tierra estás hecho
Y a ella volverás para saldar tus deudas.
Yo intento recordarlo y tenerlo presente.
Al menos, recuérdame como alguien que intentó
Cumplir lo que se propuso.

1 comentario:

Anna Bahena dijo...

Por eso a veces es mejor quitarle la pila al reloj..

Sencillamente hermoso.

Un abrazo y seguiré pasando para perderme en letras.

Anna.