miércoles, 17 de junio de 2009

Aquellos chiquillos (I)


Hospedajes de apadrinaje, terrones de azúcar,
un billete de 20 euros sobre la encima,
el telediario dando las nuevas con sangre,
aquel presentador trajeado acorbatado,
el jodido busto parlante que habla de pobreza
con el Cayenne aparcado en el parking
y al que cada día le dicen:¡señor!, ¿descansó hoy?
-Perfectamente, Mario, ábreme la cancela
para que pueda meter esta belleza.
Esos son algunos tormentos
a los que los nuevos caballeros
llegan y superan el valor natural
de las cosas.

Y escriben en los periódicos,
hablan con sus amigos,
radian en el aparatejo de ondas
que la ginebra abrió sus almas
y les rompió los huesos.
Se apaga la noche y yo me sirvo otro trago
pensando en estas cosas tan alejadas del papel...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

JAVIER


UN PLACER LEERTE

BESOS

Maria Dolores

Anónimo dijo...

Los hombres de pecera caminan hacia algún lugar buscando su niñez, creyendo que la perdieron.

Javier, una poesia maravillosa la tuya, sin lugar a dudas la mayor sorpresa que me he llevado en la noche descubrir, algunas imagenes son realmente impactantes! Un abrazo!
Mario Carvajal