miércoles, 17 de junio de 2009

Aquellos chiquillos (II)


Puerta con puerta desaparece la inocencia
y viene la tragedia.
Los niños con pies de cartón
miran a su alrededor y ven cubos de basura,
botellas vacías,
señoras que salen de sus trabajos a media jornada
con la redecilla todavía en el pelo.
Entienden qué pasa, pero no lo entienden.
Cristales de lunas de coche reventadas a puñetazos
o a pedradas, tejas caída del cobertizo del cielo,
grandes estrellas rociadas de un amarillento polvo
y achocolatadas como en una tableta a punto de ser devorada.

Los hombres de pecera caminan hacia algún lugar buscando su niñez, creyendo que la perdieron.
Ahora visten de cuadros,
con pantalones beige y su maravillosa línea-en-medio.
Son seres superiores. Somos seres superiores.
Viven y, vaya, chico, algún día tu también vivirás,
en cajas enlatadas de estaño y con una bella mujer
que aparece por la ventana
cortando las legumbres y diciendo hola cariño
con un guiño de ojos.
Adoran a ídolos de cristal.
La vida esta rota,
su vida está rota,
nuestra vida está rota,
mi vida está abriéndose paso
entre la llamada de las rocas agrietadas gritando
en medio de un bosque talado.

Pero son niños y siguen teniendo miedo,
el miedo al uso
a irse con un extraño y que les pueda quitar los órganos,
a que algún otro chico mayor se coma su bocadillo
o le parta la boca y expulsen un par de dientes.

Siguen teniendo miedo y el corazón lleno de sombras
donde antes, en unas ocasiones, albergaron la vida
de las correas rotas, de risas fallidas, pero risas, de tabernas,
de putas que les decían que tenían un bonito culo no por su billetera,
y tienen los ojos cerrados como el llanto de la noche
cuando la luna se ha retirado a descerrajarse la sesera,
por si un día, al volver a crecer el latido de la noche,
se lleva sus sueños una constelación de dagas,
esperando matar al dichoso ogro que se llevo
su juventud y su sonrisa.
Si es que existe.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La gran sorpresa de la noche ha sido descubrir tu poesia, fresca, muy original!
Mario Carvajal

Anónimo dijo...

JAVIER


UN GRAN PLACER HABERME ASOMADO A TU POESIA

BESOS

Maria Dolores