lunes, 19 de noviembre de 2007

BAILAME EL AGUA


Ha pasado mucho tiempo pero quiero liberarme de lo que me apresa y me retiene. No conozco justo momento ni duda más razonable que liberarla a vuela pluma mientras me arranco a girones la piel y los sentimientos escamados que cambian de color cada noche cuando sueño.

Quiero brindar, a través de estas líneas, y desde esta humilde tribuna libre, lo que me atañe pero también aquellos grilletes dorados que me hacen tanto más grande o más pequeño según quieran ellos y me miran de frente.

Quiero decir con esto que no voy a negar la existencia de textos tan brillantes y vivificantes como el poema que aparece recogido en la novela de Daniel Valdés "BAILAME EL AGUA", quien la escribió cuando apenas contaba con veintiún años de edad.

Posteriormente, Josecho San Mateo decidió que esta historia no podía quedarse en los baúles de nuestras, precisamente, historias trasnochadas y olvidadas. Para ello contó con el reparto de actores poco conocidos pero que ya apuntaban maneras en el arte de interpretar como Unax Ugalde o Pilar López de Ayala.

Es un secreto a voces de todo lo que llegó a significar este poema y de lo poco cauto que fui cuando dejé que mi yo dentro volara hacia otra persona. En cualquier caso, el poema y la narración son preciosos y no podía dejarlos pasar por nada del mundo.

"Al rato me levanté de la cama. Me asomé por el ventanuco de la habitación, qe daba a un peqeño y gris patio interior. Palomas reposaban en las cuerdas de ropa tendida y húmeda.Ojalá la ventana diera a la calle. Ojalá fuera una terraza repleta de tiestos con geranios y claveles y cactus y enredaderas. Saldría cada día con un pañuelo a despedir a María y a rogarle una vez más qe no se fuera. El Sol me sonreiría y las palomas, en vez de mecerse en finas hamacas de trapos chorreantes, vendrían a comer las migas de pan qe guardaría en el pañuelo, el mismo pañuelo qe ahora guardo bajo la cama porque no tengo terraza, no tengo calle, no tengo Sol, no tengo a María, no tengo migas de pan, no tengo nada…".

(Daniel Valdés)


Báilame el agua
Úntame de amor
y otras fragancias de tu jardín secreto
Sácame de quicio,
hazme sufrir...
Ponme a secar como un trapo mojado.
Lléname de vida
líbrame de mi estigma
Llámame tonto.
Olvida todo lo que haya podido
decirte hasta ahora.
No me arrastres
No me asustes
Vete lejos...
Pero no sueltes mi mano
Empecemos de nuevo.
Toca mis ojos
Nota la textura del calor
¿Por cuánto te vendes?
Píllate los dedos
Y deja que te invite a un café.
Caliente claro
Y sin azucar...
Sin aliento


(Daniel Valdés)

1 comentario:

Anónimo dijo...

No sabes cuanto me alegro de que por fin hayas dejado salir el poeta que siempre has llevado dentro. Aunq me duela tener q leer tus poemas en la retaguardia.