viernes, 18 de septiembre de 2009

Tu parada


Las putas han venido a abrirme las venas en un día de otoño en la ciudad abierta y sin lamento. Lo que más echo en falta es que alguien con el nombre de Platero camine junto a mí. No importa el nombre de Platero en realidad, pero esas mismas señoras de saldo y esquina son las que me convencen de que mi tristeza no tiene un precio.

Necesito un compañero más que a mi bebida y mi lápiz a las cuatro de la mañana que sepa decirme ‘no’ en un arrebato jadeante. No a las bocas que siembran las avenidas de la muerte; no a escribir poemas a los labios que habitan sin llave en el hostal; no a la callada inocencia que espero que rescate la mujer que se mete en el vagón de metro. Es tu parada, te bajas en el centro. Y no eres puta.

1 comentario:

Miguel A. Ortega Lucas dijo...

Me suena la mujer de la foto. Perseguimos a la misma?? (Pisamangueras :P)