lunes, 7 de enero de 2008

CUENTO DE PRINCESAS


Estaba prohibido el otoño para nosotros
y el invierno era un retoño de claveles
que gemían en tu cintura y la mía.

Yo no paraba de pensar en esos besos "mañaneros"
que me perseguían como frases bondadosas
que se alojaban en mi mente de poeta.

Entre dos cuentos de luna
resbalaban dos o tres mitades de mi
que no acerté a contar y traerlas a tus manos.

Parte de mi también rodaba con tu risa griega
y me reflejaba en tus ojos, en tus huellas
y en tus curvas redondas de dalias
que yo besaba sin parar
y aun así besaba cada beso mio
como si fueran las pisadas de otros
para borrarlas de tu cuerpo.

Dime qué hacer o qué decirte
para recorrer los infinitos limites de tus confines.
Allí donde mi paso se pose
y tome tus raíces de copa rota de adelfa,
tus cuencas de matices róseos, rojizos y de tonos azulados
que barren mi ser y se funden con el tuyo,
te amaré princesa.

Quiero que vuelvas a ser un rumor de batallas apagadas,
de recuerdos inolvidablemente recordables,
un aroma de sábanas encadenadas a nuestras muñecas
para aplacar cada espacio de ti
y alojarte en mi pecho.

Quiero que me regales
un gesto de caricias mundanas
y mil miradas astrales.

Arrastrame a ti, empujame hacia tus huecos:
Quiereme un día
y matame, si quieres, con un baile de cuchillos cada noche,
pero hazme libre recorriendo instantes contigo,
de la mano, princesa.

Porque, sino, te pediré, te soñaré, moriré...
tendré que apagarme con la balada de las rosas
y encarcelarme a un destierro de pisadas sin tus huellas.
Miraré atrás y te diré:
"Princesa, quieta ahí, tus labios o la vida".

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Un cuento precioso...
"Pricesa, quieta ahí,
tus labios o la vida"... interesante... Mis felicitaciones. Te mando un beso, Annik.

Anónimo dijo...

Me llevo el cero y doy fe de que tu cuento me ha gustado.

Un abrazo


Bárbara Pujazón
Grupo Café Gijón de Poesía Pura
Madrid

Anónimo dijo...

Javier

Un poema que pienso debe ser visitado

Excepcional para mi, ha sido un lujo poder leerte

Un beso Stella